Don Páramo se encontró…
…con la Duquesa Oscura hace unos días, durante una de las frecuentes incursiones de nuestro amigo en el mundo real. Antes de eso, Don Páramo ni siquiera estaba muy seguro de la existencia de la Duquesa, pues nunca la había visto en persona, y la creía tan sólo una imagen que él tenía en la cabeza, una visión que su inconsciente había inventado. Por eso, cuando por pura casualidad la vio ante sí, como si tal cosa, en carne y hueso, tuvo una sensación de intensa (pero esperada) irrealidad, algo extraño y familiar al mismo tiempo: el encuentro de dos personajes de cuentos distintos. Don Páramo comprobó con agrado que la Duquesa resultaba una presencia aún más sugerente que en las visiones de aquél. Al fin se atrevió a abordarla y, al parecer, la impresión de ella no fue del todo distinta. Reconociéndose ambos como seres fantásticos de incógnito en el mundo real, pasaron juntos un par de veladas, durante las cuales charlaron animosamente, hasta que llegó la hora de regresar cada uno a su respectivo cuento. Don Páramo se quedó algo triste, pero también contento por haber vivido un episodio extraordinario.
Don Páramo busca…
…un camino. No sabe cuál, pero lo va a encontrar, sea como sea. Al fin se ha decidido a tomar las riendas de su destino. Y sus vecinos ya se han enterado: ¡menuda serenata les ha dado esta noche, el muy pelmazo! Escuchad, escuchad lo que cantaba:
Don Páramo sueña…
…con ser lo bastante fuerte para gritarle al mundo: «¡Mírame! ¡Puedo brillar como sol de invierno!» Pero ese momento aún no ha llegado. Paciencia, Don Páramo.
Don Páramo toca la guitarra por las noches…
…y canta su soledad, y los vecinos, los mismos que de día le miran mal, le increpan o directamente le ignoran, se sientan junto a sus ventanas para escucharle furtivamente en la penumbra. Casi todos ellos se identifican con algún verso de las canciones de Don Páramo; casi todos ellos son un poco Don Páramo. Pero al día siguiente volverán a ignorarle, increparle o mirarle mal, y ninguno reconocerá haberle escuchado con doloroso deleite.
Escuchad furtivamente a Don Páramo:
Don Páramo está triste estos días…
…porque se acuerda de cómo una vez, como en tantos otros cuentos, se encontró con una princesita encantada que se convirtió en su compañera, y estuvieron juntos un buen tiempo y Don Páramo no podía creer que una criatura tan llena de gracia y hermosura quisiera estar con un freakie como él, y llegó a sentirse como en una peli de Disney, que siempre acaban cuando se casan los protas y viven felices y comen perdices. Pero las pelis de Disney no enseñan lo que viene después (los finales felices lo son porque siempre te dejan justo antes de que empiecen los problemas). Él quería seguir siendo un personaje de cuento, pero la Princesita ya no. Ella terminó huyendo, buscando algo más que él nunca llegó a entender qué sería. Desde entonces, Don Páramo intenta una y otra vez escapar de su propio cuento para encontrarse con ella en el mundo real. Pero no sabe cómo hacerlo. ¡Ánimo, Don Páramo!
Don Páramo recoge…
…peluches rotos de los contáiners. Se los lleva a casa y los lava y remienda, y los sienta a la mesa durante la cena. ¡Ya tiene muchos amiguitos!
Don Páramo es…
…el que te avisa de que te va a dejar la novia. Él no lo hace por maldad, ¡sólo quiere que estés prevenido! Pero nadie se lo agradece. ¡Qué malos sois con Don Páramo!
Don Páramo es…
…el enterrador de tu pueblo cuando se siente solo. El hombre va al bar y se emborracha, y empieza a contar historias de los muertos que ha enterrado y los vecinos se apartan de él, algunos incluso le insultan y las mujeres lloran… Don Páramo no entiende qué ha hecho mal: ¡él sólo quiere dar conversación!
Muchos odian a Don Páramo
…y él no entiende por qué. Don Páramo es ése que te encuentras en una fiesta a la que nadie ha ido. Es el que te acompaña cuando te quedas solo por Nochevieja. Cuando todo el mundo se va, sale Don Páramo. Es el único que nunca te falla. Pobrecito Don Páramo, ¡debierais besarle el culo!
Don Páramo os amargará la vida
Es así, qué le vamos a hacer. Un día estaréis tan contentos y vendrá Don Páramo y os hará llorar. Él no quiere hacerlo, pero no puede evitarlo. Es su naturaleza. Como esos vampiros buenos que ahora están de moda, pero sin pintas de modelo de Benetton. Y sin chica guapa. Eso sí que le jode. Sin chica guapa.
Hoy nace Don Páramo
…sólo quería dejar constancia de ello. Aún es demasiado pronto para que podáis oírle, y mucho menos verle. Sólo acaba de nacer. Ya tendréis noticias suyas.